La salmonicultura en Chile se ha desarrollado durante las últimas 4 décadas convirtiéndose en el segundo sector exportador más grande del país y el segundo productor de salmones a nivel mundial.
Es una industria con un gran potencial de crecimiento que ha sabido responder y adaptarse a los mercados más exigentes, con un estricto protocolo sanitario y obteniendo reconocidas certificaciones internacionales.
Pero aun así, no ha estado exenta de críticas por su alto nivel de riesgo sanitario y ambiental, debido a eventos de altas mortalidades y recurrencia de condiciones anaeróbicas, entre otros.